DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL HELOMA SUBUNGUEAL

Mira cómo tengo la uña del dedo gordo del pie, María José, y no sabes cómo me duele. He mirado en internet y dice que se me ha clavado… ¿a ti que te parece?…

Con una duda como esta acuden muchos de nuestros pacientes a nuestra consulta de Podología. Y es que tenemos la creencia generalizada de que el dolor en la uña del pie responde a una uña encarnada o clavada y no siempre es así, y conviene divulgarlo.

Con cierta frecuencia me encuentro en consulta con otras situaciones que también pueden provocar dolor en la uña del dedo gordo del pie:

  • Los hematomas o “uñas negras” provocado por los traumatismos en el dedo (muy típico en corredores y futbolistas).
  • Los comúnmente llamados “callos”, que técnicamente se denominan HELOMAS, y que en determinados casos son de localización subungueal (debajo de la uña), como el caso que os traigo hoy aquí.

Un primer dedo que se posicione en extensus, en extensión o dirigido hacia arriba, es capaz de llegar a romper con su punta la piel o el forro interior del calzado.

Tanta presión sobre la uña genera la activación de la formación de queratina para proteger y evitar la lesión del hueso subyacente.

Como la presión se ejerce en un punto muy concreto, la queratina se dispone a modo de cono invertido generando dolor a la presión. El paciente refiere que algo le “pincha” en la uña, pero no es ésta, sino el heloma (cono de queratina) el causante del dolor.

Para su tratamiento, abordamos la lesión cortando la uña en forma de triángulo hasta el final de la queratina.

Esta técnica es totalmente indolora puesto que la queratina ha provocado que la lámina de uña se separe del lecho ungueal.

Posteriormente se procede a retirar la queratina y el núcleo del heloma desbridándolo con un bisturí. Y por último se realiza un fresado de la uña para evitar roces en el calzado.

Al finalizar la consulta, el dolor habrá desaparecido y el paciente podrá utilizar su calzado habitual y caminar con normalidad.

Pasado un tiempo, el crecimiento de la lámina ungueal sobre un lecho aqueratínico, sano y bien irrigado hará olvidar que antes hubo en ese punto un doloroso heloma subungueal.


Saber más:

¿Necesitas Ayuda?